¡Mmm, tiene problemitas psicológicos!

Incluso hoy en día vivimos nuestros problemas emocionales con cierto prejuicio. Esto queda claro cuando pensamos en la frase “tiene problemitas psicológicos”, como si al constatar que si un problema tiene origen emocional, no fuera importante, o fuera debilidad de carácter o aún mera pretensión. ¿Pero de quién es este prejuicio?. (Click para Leer)

Lic. Noelia Dalbert

5/7/20251 min leer

a woman holds her hands over her face
a woman holds her hands over her face

En nuestra sociedad, vivimos bajo la ilusión del control, como si fuera posible –o incluso recomendable– tener control sobre nuestras emociones en todo momento. Así, el prejuicio se mantiene un poco por parte de cada uno de nosotros, cada vez que cedemos a la presión diaria de mantener un control emocional impecable en cada circunstancia o, incluso, de ser siempre “normales”. Tenemos mucho miedo de romper la norma, porque queremos sentirnos aceptados; Sin embargo, terminamos olvidando que somos seres humanos y que es parte de nuestra experiencia pasar por momentos de crisis, dudas, tristezas profundas, tener miedos y angustias, e incluso sentirnos inadecuados o “anormales” por momentos. Y cuanto mayor es la dificultad o la sensación de falta de control, mayor es el sentimiento de “anormalidad” y mayor la necesidad de ocultar el problema por miedo a la incomprensión o al rechazo de los demás.

Consultar a un psicólogo profesional puede parecer, en este contexto, aún peor, dada la creencia de que “los psicólogos son para locos”. Estos prejuicios no actúan contra estos profesionales, sino contra nuestro propio dolor psicológico y sufrimiento emocional, contra nuestras heridas más profundas y dolorosas, aún abiertas, que se perpetúan y se profundizan porque no son tratadas.

La salud mental es un asunto serio. Creo que estamos en un camino de apertura, logrando poco a poco comprender nuestros problemas psicológicos desde una perspectiva de salud. Enfrentar nuestros miedos y ansiedades, nuestros fantasmas internos, puede asustar y es difícil, pero es un camino que enriquece nuestra experiencia y nos lleva al crecimiento.

No es sólo el camino de la cura. Es también un camino de transformación.

Lic. Noelia Dalbert